POLITICA Y MEDIOS -CLARÍN
DEL CONGRESO A LA SEDE DEL GOBIERNO, EN AUTO POR AVENIDA DE MAYO
El viaje hacia la Casa Rosada también cambió de estilo
El de Kirchner había sido tumultuoso. El de Cristina fue más calmo. Hubo curiosos y militantes políticos.
Por: Matías Longoni
Prometió cambios, al menos en el estilo. Y a poco de jurar, Cristina Kirchner comenzó a transitar el sendero prometido. A diferencia de su marido, quien cuatro años atrás se mezcló entre la gente hasta que una cámara de fotos le lastimó la frente, Cristina entró a la Casa Rosada de modo mucho más calmo, tras la tradicional recorrida a contramado por una Avenida de Mayo que -sin estar colmada-, aportó a su asunción la necesaria dosis de calor popular.
Media hora, entre las 16.40 y las 17.10, le llevó a la pareja Kirchner recorrer las quince cuadras que separan el Congreso de la Casa Rosada. Iban en un lujoso Audi gris, con chofer profesional y con Florencia, su hija, sentada delante como copiloto. Quizá para desconcertar, en el trayecto no sólo invirtieron roles sino también ubicaciones. Néstor se sentó esta vez a la derecha de la Presidenta y no como había hecho antes, a la izquierda, ante la Legislatura.
No cambiaron sus maneras de comportarse. El ex presidente saludó a la gente sacando medio cuerpo por la ventanilla. La nueva presidenta se asomó poco y prefirió saludar desde cubierto. Néstor le señalaba cosas: "Mirá, mirá", repetía como un chico. El pico de emoción sucedió apenas después del cruce con la 9 de Julio: desde ambas veredas llovieron decenas de rosas rojas.
Hubo pocos autoconvocados y bastantes curiosos. Pero la mayoría de quienes decidieron acompañar a Cristina presidenta era gente enrolada en grupos identificados, esforzados en colores y banderas para que se notara su presencia. Entre los gremios, movieron los porteros del SUTERH y los estatales de UPCN. Del conurbano, aportaron tropa propia los intendentes de Merlo, Florencio Varela, Berazategui y etcéteras. Del kirchnerismo más puro, la JP Evita, el Peronismo Militante, el MUP. De la transversalidad, el Partido Intransigente y el Comunista. Así se colaron escasos reclamos, por la expropiación del Hotel Bauen o tratamiento digno para los inmigrantes.
En semejante cóctel, había más imágenes del "Che" Guevara que del ex presidente Juan Domingo Perón. Como consuelo para algunos, Evita ganaba lejos. Por las dudas, Jorge vendía banderas para todos los gustos: las tenía rojas, y celestes y blancas. "Con Menem y los radicales se vendía más. Hoy hay mucha gente, pero son de grupos organizados, que no gastan", se quejaba.
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