Estamos presentes hoy acá muchas organizaciones hermanas. Hermanas porque venimos luchando desde hace años por una misma causa y la concreción de un sueño que compartimos: el sueño de la liberación y el sueño de la felicidad que, de a poco, se está haciendo realidad.
Sin embargo, hoy tenemos que marchar. Hoy tenemos que hacer visible nuestra vocación de ser libres porque parece que todavía algunos viejos imperios se resisten a morir. Están detenidos en la historia y creen que pueden seguir colonizando lo que no es suyo y seguir destruyendo lo que no les pertenece, para satisfacer sus apetitos y sus intereses económicos. Creen que pueden seguir apropiándose del territorio y de los recursos que son patrimonio de nuestros pueblos.
Nada entendieron de la lucha de los pueblos contra la dominación colonial. Nada comprendieron de la lucha de los pueblos por su liberación nacional y social. Nada aprendieron evidentemente del giro que ha dado la historia, que marcha ya, en Latinoamérica por lo menos, hacia la hora de los pueblos.
Creen que pueden seguir imponiendo en nuestra América políticas serviles a sus mezquinas necesidades de poderosos en decadencia, de poderosos que van perdiendo su poder, de poderosos que nos amenazan con un último zarpazo intentando conservar privilegios de dominio mundial a contramano de la historia.
Pero nosotros, compañeros, estamos ya profundizando el camino de la unidad en la Patria Grande. Estamos transitando el camino de la liberación. Estamos batallando por la concreción de nuestro destino que, libres, sabemos elegir: la felicidad de nuestro Pueblo y la grandeza de nuestra Patria.
Con este Gobierno hemos ganado, día a día, en dignidad y en soberanía. Parece que este ser dignos y libres, esta vocación que recorre nuevamente toda Suramérica, les molesta a los poderosos del mundo, y los asusta. Por eso nos redoblan la apuesta en este tramo de nuestra lucha por la dignidad de la Argentina, por la dignidad de nuestro Pueblo y por la dignidad de nuestra América.
Pero los jóvenes les respondemos con la palabra de uno de los maldecidos por el Imperio: la independencia que sostenemos y la soberanía que anhelamos no se discuten, se conquistan, se defienden y a veces es necesario morir por ellas.
Con nosotros están los miles de jóvenes que cayeron en las guerras de la independencia, en las montoneras federales, en la Resistencia Peronista, en la lucha por el Retorno, en las Malvinas, y que dieron su vida por esta causa superior.
La juventud organizada se encuentra hoy acá para reafirmar que está dispuesta a poner las espaldas, el pecho y el corazón para que este Gobierno resista y avance por sobre las presiones de los que no quieren la construcción de un proyecto de Nación con soberanía y con justicia.
Venimos a exigir que de una vez por todas, se cumpla con la justicia entre las naciones, se respete la autodeterminación de los pueblos y la libertad, que muchos declaman y ningún poderoso cumple.
Estamos para decirles que no se violan impunemente nuestros derechos. Para decirles, como alguna vez en el Paraná, NO VAN A PASAR.
Catalina Fernández Rivero
Peronismo Militante
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